Apenas unos días después ya lo encontré medio raro, con mirada perdida y andar taciturno. A veces sus ojos lanzaban odio hacia alguna persona. No quería hablarme.
¿Qué te pasa?, le pregunté una ocasión cuando decidí visitarlo a pesar de su genio. "Cállate", me respondió. Y aunque no proferí palabra alguna durante todo ese rato, él continuó exigiendo silencio: "Cállate". "Cállate".Tras dos meses de alejamiento volví a visitarlo pero sus familiares no me permitieron acercármele. Estaban preocupados por su salud mental. Agredía a cualquier intruso, implorando silencio. Acabó en el manicomio.
Hoy hablé con los médicos y me llevaron hacia él. Su estado empeoraba con el tiempo, se le veía demacrado, sucio y de más edad. Parecía esperarme y en cuanto me vio comenzó a gritar: "¡Ya sé quién eres! ¡Conozco a la otra, la de adentro!" -rió- "Sé lo que piensas! ¡Sé lo que pienso!"
Aulló hasta cansarse. Luego lloró. No conozco a este hombre, me dije. Y pienso qué habrá deseado, aquella noche estrellada...
Ahora no estoy segura de conocerme a mí misma.
No sé lo que pienso yo, la de adentro.
Tenía un poco abandonado el blog así que lo borré y comenzaré de nuevo. Este relato está pensado como la idea base para un cómic corto cuya protagonista sólo habla con voz en off... de hecho casi no hay diálogos. El cómic ya en el guión técnico tiene más páginas de las que se podría pensar leyendo este breve relato. Espermos esté acabado muy pronto.
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