sábado

Starlet

Los créditos de la película al fin terminaron. Esta función fue la vida de Casandra, la prostituta.
     Muerta ya y a sabiendas de que su tiempo de aventuras terrestres tocó a su fin, casandra quiso llorar, pero no tenía lágrimas, ni glándulas lagrimales. De hecho, no tenía ojos, ni cuerpo.
     Unas palabras resonaron en su conciencia, conceptos sin voz.
     —Casandra...
     —Casandra, estás en el limbo y debes elegir...
     —¿Elegir qué?
     —Elegir la dimensión de tu renacimiento...
     —¿Renacimiento? ¿Porqué?
     —Porque eres importante en la armonía del Todo...
     Casandra caviló entonces sobre lo importante de su presencia en...
     —¿En qué, dijiste?
     —En la siguiente película.

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